La implementación en las empresas familiares de cualquier tamaño da los siguientes beneficios:
- Mantiene sus procesos de negocio clave perfectamente alineados a las políticas, regulaciones, criterios y voluntad de los accionistas.
- Protege a los accionistas con un ejercicio ordenado de sus derechos
- Favorece el acceso a fuentes de autofinanciamiento, a fuentes de capital privado (inversionistas) y al sistema bancario.
- Genera mecanismos idóneos para resolver conflictos entre los accionistas y de los accionistas con los administradores o la propia empresa.
- Particularmente en las empresas familiares, contribuye a su institucionalización, mitiga el riesgo de sucesión y brinda elementos de confianza en la permanencia de la sociedad, a través de procesos de sucesión claramente definidos.